martes, 3 de junio de 2008

UTÓPICO

Ximena se enamoró. Él es una persona muy inteligente que sabe cuidar a una mujer sensible como ella. Se lo cruzó ni bien llegó a Europa, en el aeropuerto. Ella lo vio y se sorprendió por la belleza viril de ese individuo maravilloso. Es joven y trabajador, digámosle por ahora Damián. Su mayor deseo era viajar por el mundo con ahorros que guardaba luego de años de trabajo en empresas lindas y en las cuales escaló posiciones sin serrucharle el piso a nadie. A Ximena le gusta mucho viajar, y junto a ese hombre pudo dejar de trabajar en las cosas que no le gustan y dedicarse únicamente a lo que le da placer; y lo primero es el propio Damián, que durante un viaje que hizo a la India aprendió unas técnicas tántricas para el amor con las que sorprendería a los propios hombres si lo dejaran hacer. Luego del viaje por todo el mundo se dieron cuenta que el mejor lugar para vivir era exactamente donde estaban. Ella una vez que concibió se dedicó a terminar su carrera, pero sólo por placer ya que prácticamente sin querer ganó un sorteo y obtuvo mucho dinero con el cual vivió muy cómoda el resto de su vida. Siempre fue independiente, siempre estuvo acompañada y gozaba tanto con Damián, que poco a poco fue olvidando la sensación de dolor.

En unos terrenos perdidos que eran de su padre encontraron oro, siempre se dijo que había oro en Uruguay, estaba todo ahí. Sofía, la sobrinita de Ximena, jugando en la tierra con una palita lo descubrió. Su Padre empezó a contratar empleados para la tienda, luego compró los negocios vecinos, y más tarde tuvo que hacer un contrato con el municipio para instalar “Grandes Tiendas Uruguayas”, un edificio descomunal ubicado a las afueras. Todo lo que Ximena había tocado alguna vez se volvía maravilloso, reluciente y reía. Ella rió todo el resto de su vida y sus cinco hijitos rieron siempre. Rieron los hijos de sus hijitos, y los hijos de los hijos de sus hijitos. Así en una cadena de alegría que sorprendió al tiempo, al espacio y empezó a transformar a la sociedad de tal modo que desapareció la noción de pobreza tal como la conocemos hasta ahora. Al principio todos comían seguido, luego todos los días y después reían y se compraban autos. Todo el mundo se enamoró y se reía, la risa era tan fuerte y los trastornos tan drásticos que las circunstancias atmosféricas cambiaron. El sol se hizo eterno y brilló para siempre. La Tierra se descontaminó y el resto de los planetas se llenaron de plantas, animales y de gente como en la Tierra.

6 comentarios:

Astpa dijo...

Tu blog tmb es entretenido ;)
dile a ximena que me visite!

para mí todo es parte de la utopia.

bsos!

Julián Sick dijo...

Borges "Supongamos por un momento que María Clara baila sin cansarse. Supongamos entonces que nunca decae. Lo que pasaría es que en ese remolino se llevaría todas las cosas y nos dejaría sin tristeza. ¿Y quién puede vivir sin tristeza? ¿No es mejor vivir sin María Clara?"

Ana dijo...

¿Se podrá sostener tanta hermosura? El uruguayismo me hace dudar....

Beso

PD: me gusta que alguien deje de escribir amarguras!

Arrabalera dijo...

Ximena no deshoja las margaritas por miedo a que le digan todas que sí... es cierto, esa Ximena es una fenómena...

vladimir maiakovski dijo...

es el apocalipsis.

Ava G. dijo...

todos llevamos una ximena adentro.